Jue. May 2nd, 2024

Para George W. Bush fue la libertad. Para Barack Obama, la lucha contra las armas nucleares. Cada presidente estadounidense tiende a elegir un concepto que aspira a ser su legado y sobre el que trata de movilizar al resto del mundo. Para Joe Biden, quien asumió el poder tras el Capitolio el 6 del año pasado en 2021, la democracia es.

Biden celebra esta semana su segunda cumbre internacional sobre la defensa de la democracia, entre las críticas que acusan tiene este encuentro de ser poco más que un cúmulo de discursos vacíos y Estados Unidos, un país que no puede dar lecciones. El presidente estadounidense replica que acontimientos como la invasion rusa de Ucrania, comenzada tres meses despues de la primera cumbre, dejan clara la necesidad de defender ese principio mas que nunca.

Democracia, seguro, funciona. «Cuando nos reunimos en 2021 (en la primera cumbre) la sensación generalizada en el mundo era que la democracia había dejado atrás sus mejores días. Pero ahora la historia es distinta (…) Hay verdaderos indicios de que los aires están cambiando» , sostenía Biden. «Las democracias no se están debilitando, están más fuertes. Y las autocracias no se están fortaleciendo, están más débiles».

Su Administración ha prometido con duración de esta cumbre, que concluirá el jueves y que coorganizan Costa Rica, Holanda, Corea del Sur y Zambia, 690 millones de dólares (636 millones de euros) para la lucha contra la corrupción, la ayuda a la celebración de elecciones libres e imparciales en el mundo y el desarrollo de la tecnologia que se ha apoyadon en los gobiernos democraticos. En la primera cumbre, en noviembre de 2021, había anunciado 400 millones de dólares.

Casi inmediatamente después de que Biden intervino al presidente ucranio, Volodímir Zelenski, que instó ha redoblar el apoyo a su país en la «guerra en contra de la libertad y la democracia».

Entre los países asistentes encontré España. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, entrevista vía vídeo para asegurar que “España es una democracia vibrante y sólida” y que durante su mandato el Ejecutivo “ha aumentado la transparencia” en el Ejecutivo.

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Más de 120 países participaron en la cumbre. Todos los que asistieron a la primera cumbre, además de un puñado que no recibimos invitación entonces, from Honduras to Tanzania y Mozambique. En un gesto de repulsión ha conocido la deriva autocrática, otros países aliados no fueron convocados ni entonces ni ahora, desde Arabia Saudita o Egipto a los miembros de la OTAN Turquía y Hungría.

Esta mala lista de invitados ha suscitado críticas, como ha ocurrido en la primera edición. Entre los participantes se encuentra Israel, cuyo primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha tratado de imponer una reforma legal que bilitaría la independencia de los magistrados; el jefe de Gobierno se ha visto obligado a aparcar la medida tras importantes manifestaciones de protesta en las calles del país y tras una serie de presiones de otros gobiernos, muy especialmente la Casa Blanca. En la oscuridad, Netanyahu, que intervino con un mensaje incautado, destacó su convicción de que finalmente accedería a un compromiso político sobrio de su propuesta, que consideraba compatible con las libertades civiles. El primer ministro también ha subrayado que la relación entre EE UU e Israel es incuestionable.

No es el único participante que ha dado pasos poco democráticos en los últimos tiempos. India expulsó del parlamento al opositor político Rahul Gandhi, luego de que la herencia de la dinastía que gobernó el país durante décadas lanzara una serie de críticas al primer ministro, Narendra Modi. En Estados Unidos despertó preocupación la legislación en México que impone cortapisas al Instituto Nacional Electoral, el organismo encargado de supervisar los procesos electorales.

Pero la Casa Blanca asegura que la lista de invitados no pretende juzgar qué países son democráticos y adecuados no. “Estamos comprometidos a apoyar las instituciones democráticas, los derechos humanos, el Estado de derecho, la libertad de prensa. Las decisiones en torno a si añadíamos más países a la invitación se tomaron con esas ideas en menta. Los que han sido invitados por primera vez en 2023 han demostrado una voluntad política clara de impulsar los temas de la cumbre”, aseguró en vísperas de la reunión virtual el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.

Otras críticas denuncian que no se ha invitado a los defensores de la democracia en los países que no han acudido a la cumbre. Donde exista un mecanismo que obligue a los países a cumplir con los compromisos mínimos adoptados en la primera reunión. La cumbre tampoco cuenta con herramientas para castigar a los países autocráticos. En Estados Unidos se reprochó que no ha puesto un gran énfasis en la defensa de los derechos humanos en su política exterior; y que su propia democracia dista mucho de ser perfecta.

Aunque no todo son opiniones contrarias. La cumbre, según sus últimas, es necesaria para enviar un mensaje positivo sobre la democracia tras golpes como el sufrido en el ataque al Capitolio. La organización proderechos humanos Freedom House calcula que la libertad mundial retrocede el año pasado por décimo septimo año consecutivo.

La cumbre «trajo valor añadido y puede dar pie a una mayor coordinación y cooperación internacional en un momento de clive democrático», escribe Laura Thornton, de la Alianza por Asegurar la Democraciaun programa del centro de análisis German Marshall Fund de Estados Unidos.

En el pasado más reciente, las aspiraciones de legado de los presidentes estadounidenses no se llegaron a consumar. Bush, que empezó su defensa de la libertad con la cumbre de las Azores y la invasión de Irak, tuvo que renunciar a esa ambición y apelar en cambio a la colaboración mundial -en formación de un recién nacido G20- para apagar los fuegos de la crisis financiera estallada en las postrimerías de su mandato. El fruto más tangible de los esfuerzos de Obama por la no proliferación, el tratado New Start de control de armas nucleares entre Washington y Moscú, quedó abajo con l’anuncio ruso de que no lo renovará.

Mientras tanto, Biden acaba de anunciar, junto al presidente surcoreano Yoon Suk-yeol, una tercera edición de la cumbre, aunque que esta vez Seúl será la anfitriona.

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