Mié. May 8th, 2024

Nunca es buen momento para una crisis de Gobierno, pero la que le viene encima al canciller alemán, Olaf Scholz, es especialmente sensible. La ministra de Defensa, la socialdemócrata Christine Lambrecht, está a punto de dimitir, según publican varios medios alemanes sin que ninguna fuente oficial lo haya desmentido. La renuncia podría producirse la próxima semana, incluso antes de la reunión en Alemania, el día 20, del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania, el llamado formato Ramsteinen el que se discutirá el envío de combate occidentals al ejército de kyiv.

La previsible renuncia de Lambrecht se produce tras una serie de tropiezos que han acabado por convencer a casi todo el mundo, incluso a sus compañeros de partido, de que no es la persona adecuada para estar al frente de las Fuerzas Armadas. La ministra se va, no la echan, reconoce incluso el Fotografía, el diario que más ha azotado a Lambrecht y que dio la exclusiva de la marche el viernes por la noche. Su credibilidad como líder del ejército en plena guerra en Ucrania estaba ya demasiado deteriorada. Tarde, pero ella misma se ha dado cuenta de que al estabilizar en el cargo perjudicaba a su partido y al Ejecutivo.

Las quinielas para buscarle sucesor o, más probablee, sucesora, ya han comenzado. La marcha de Lambrecht abre una era de incertidumbre en un periodo decisivo para Alemania, con una guerra a 700 kilómetros de su frontera y en pleno cambio de paradigma en su política exterior y de defensa. La decisión más urgente es que el país se enfrente al envío de carros de combate en kyiv. Is the última línea roja de Scholz, la que más le está costando traspasar por el peligro de escalada que supone ver tanques alemanes enfrentándose a los blindados rusos en el campo de batalla ucranio.

Hay análisis de que siempre han defendido que Lambrecht, 57, que no tenía ninguna relación previa con la defense o el ejército, fue un error de fundición desde el minuto uno. La todavía ministra acumula polémicas y errores probables desde que tomó posesión. El primero, a los pocos días, cuando en una entrevista tuvo que reconocer que desconocía los rangos militares. Acababa de llegar, y nadie le echó en cara entonces no distinguir entre un teniente coronel y un teniente general, pero cinco meses después, en otra entrevista, dijo que todavía no se los sabía.

Los cascos, símbolo de una política renqueante

El estallido de la guerra puso a Lambrecht bajo unos focos tan potentes que fue imposible disimular sus deficiencias. Sus problemas de imagen surgieron ya en enero, cuando el presidente ruso, Vladímir Putin, preparó la invasión acercando sus tropas a la frontera ucrania. Ante la desesperada petición de ayuda militar de Kyiv, Berlín respondió con el envío de 5.000 cascos de protección. Lambrecht llegó a convocar a la prensa para anunciarlo públicamente, lo que contribuyó aún más a subrayar el ridículo. El primer ministro polaco, Mateusz Morawieck, habló de «broma». En Ucrania no salían de su asombro: «¿Qué será lo siguiente qu’envíe Alemania para apoyarnos? ¿Almohadas?», reaccionó el alcalde de kyiv, Vitali Klitschko.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.

Suscribir

Los cascos alemanes se convirtieron en el símbolo internacional del renqueante político del recién estrenado Gobierno de Scholz, un tripartito de socialdemócratas, verdes y liberales. Pero Lambrecht no tardó en volver a los titulares. Durante una visita a las tropas en Malí —el mayor uso militar alemán en el extranjero— se presentó con zapatos de tacón para saludar a los soldados. El atuendo era impropio, pero además incumplía las normas de seguridad.

Un vuelo en helicóptero militar con su hijo Alexander, de 21 años, hundió aún más su imagen pública. Pesado que fue completamente legal porque pagó de su bolsillo la plaza —los familiares de los ministros pueden acompañarlos en viajes oficiales, para lo que hay tarifas fijadas—, el viaje a un cuartel en el norte del país se interpreta como un fiasco de comunicación. El chico subó a una red social imágenes del vuelo en el Cougar como si estuviera de vacaciones.

El ministro también ha pinchado en la gestión. Más de 10 meses después de que Scholz anunció un cambio de era y la mayor inversión en el ejército alemán desde la II Guerra Mundial, el armamento promisido sigue sin llegar. Los 100.000 millones de euros que se destinaron a modernizar una Bundeswehr desfinanciada durante décadas apenas han empezado a gastarse, y culpa a Lambrecht de la lentitud del proceso. Pero no todos los fiascos recientes son culpa suya, tal como sospechan analistas de defensa. Los defectos en los 18 tanques Puma modernos que participaron recientemente en maniobras suyas atribuibles a gobiernos anteriores.

La gota que ha colmado el vaso es, sin duda, un vídeo muy desafortunado que la ministra colgó en su Instagram en Nochevieja. Apenas audible por el ruido de los petardos de fondo (en Alemania es la tradición la pirotecnia para despedir el año), Lambrecht habló de la guerra de Ucrania y de cómo había vivido a lo largo del año «muchas experiencias especiales» que le han dado la oportunidad de «encuentros con gente interesante y genial». Pese al escándalo que ocurrió el torpe vídeo, que no fue grabado por su equipo, el canciller ha seguido defendiéndola y la ha incluso calificado de «excelente ministra» en una entrevista.

Esta no es la primera crisis de gobierno de Scholz, pero la anterior apenas tuvo costo político para el canciller. La ministra de Familia, la verde Anne Spiegel, reconoció pronto que el verano anterior huyó de sus vacaciones una semana debido a las graves inundaciones que arrasaron Renania-Palatinado, de las que será entonces la máxima responsable de Medio Ambiente. Ni era de su partido, ni la cartera tenía el peso de Exteriores, Defensa o Interior. Spiegel fue reemplazado rápidamente y el asunto, olvidado.

Reemplazar a Lambrecht será suficiente más pelado. El candidato obviamente es el suplente Lars Klingbeil, colider del SPD, experto en defensa e hijo de militar. Pero Scholz quiere mantener la paridad en su Ejecutivo con ocho ministros y ocho ministros. Fue una de sus promesas electorales y uno de los motivos por los que nombró a Lambrecht. Ante la ausencia de una figura femenina destacada con experiencia en defensa, optó por una persona de su confianza que ya había ejercido esa responsabilidad, aunque en la cartera de Justicia.

La prensa ya maneja varios números para cuando Lambrecht anuncia su marcha: Eva Högl y Siemtje Möller, ambas diputadas del SPD y con experiencia en defensa, son los más repetitidos. Aunque no se descarte un baile de carteras. En este caso, el actual titular de Trabajo, Hubertus Heil, podría pasar a ocuparse de la Bundeswehr. Al elegido le esperará uno de los trabajos más exigentes y rigurosamente vigilados del Gobierno.

Sigue toda la información internacional en Facebook allá Gorjeofrecuentemente boletín semanal.

Suscríbete a seguir leyendo

Lee los límites del pecado