Emmanuel Macron llamó para este miércoles al «interés general» a defender la impopular reforma de las pensiones, que ha puesto a la mayoría de los franceses en su contra, ha llevado a dos mociones de censura y ha colocado a Francia al borde de la crisis política y social. El presidente, en una entrevista televisiva, se ha declarado dispuesto a sumir la impopularidad ante sus conciudadanos por una ley que aumenta de los 62 a los 64 años la edad de júbilo.
La entrevista ha servido más para justificar la reforma que para anunciar nuevas medidas o cambios. Difícilmente calmará los animos.
«This reformed no es un lujo, no es un placer, es una necesidad para el país», dijo el presidente inglés en entrevista con los telediarios de la una de la tarde en las cadenas TF1 y France 2. «Hubiera preferida no hacerla , pero es mi responsabilidad, es el interés general”, ha destacado el mandatario.
Macron, que ganó su último mandato en 2027, añadió: “Entre los probes a corto plazo y el interés general del país, yo elijo el interés general del país, y si hay que asumir la impopularidad hoy, la asumiré”.
Macron confirmó que, tras examinar la reforma por parte del Tribunal Constitucional, se pretendía que entrara en vigor “antes del final del año”. Descartó, apesta, retira la ley, y exclusye por ahora lo pertinente a su primera ministra, Élisabeth Borne, que el lunes sobrevivió por la mínima a una moción de censura. Aún menos convocar elecciones anticipadas o un referéndum sobre la ley, como piden algunos en la oposición.
Pero el presidente admitió que, pendiendo de las protestas, se ha expresado en Francia «un sentimiento de injusticia» que el Gobierno debe esperar. Prometió medidas para que las grandes empresas con beneficios extraordinarios distribuyan una parte entre los asalariados, y para mejorar las condiciones laborales y los salarios.
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscribir
Sobrias las tensiones en la calle de los últimos días y episodios de amenazas a cargos electos y diputados, tras dos meses de manifestaciones pacíficas, declaró: «No toleraremos ningún desbordamiento». Precisó, sin embargo, que «hay que escuchar la cólera legítima que no es violencia».
El martes por la noche, durante una reunión en el palacio del Elíseo con los parlamentarios macronistas, declaró: «La muchedumbre no tiene legitimidad frente al pueblo que se expresa ante sus cargos electos». Era una alusión a una cita célebre de Víctor Hugo: “Con frecuencia la multitud traiciona al pueblo”. La frase encrespó los ánimos.
En la entrevista, el presidente distinguió entre las manifestaciones pacíficas de los sindicatos y las violentas. Y se refirió al asalto trumpista al Capitolio de Washington enero de 2021 donde se registró la irrupción de una multitudinaria en el Congreso en Brasilia el pasado enero. «Cuando Estados Unidos ha vivido todo lo que ha vivido en el Capitolio, cuando Brasil ha vivido lo que ha vivido (…), hay que decirlo claramente: respetamos, escuchamos, intentamos avanzar por el país, pero no podemos aceptar ni a los facciosos ni las facciones”.
Macron ha tomado la palabra después de consolidarse semanas en segundo plano y evitar intervenir en el debate sobre la reforma de las pensiones. La intervención, en un formato original como entrevista simultánea con los medios telediarios, será el resultado de una semana de alta tensión política y social en Francia.
El jueves pasado, el presidente, al señaló que carecía de mayoría en la Asamblea Nacional para adoptar la reforma, activó el artículo 49.3 de la Constitución, que permite imponer una ley eludiendo el voto. Acusando al Gobierno de actuar de modo antidémocrático, la oposición presentó dos mociones de censura, la única vía para frenar la reforma y, al mismo tiempo, hacer caer a la primera ministra Borne.
Una de las mociones obtuvo 278 votos, nueve menos de la mayoría. La reforma quedó aprobada, pero el resultado no apagó la cólera en la calle. París y varias ciudades francesas llevan ya seis noches de protestas espontáneas y disruptivas. Los sindicatos han convocado para el jueves una gran manifestación nacional, la novena desde que surgieron las protestas de enero.
Durante la entrevista, Macron defendió la pulcritud democrática de la reforma. Pero el uso del artículo 49.3 y los solo nueve votos que faltaron a la oposición para hacer caer al Gobierno siembran dudas sobre la capacidad de Borne para gobernar. La idea del presidente es buscar alianzas puntuales “con gente de izquierda y de derecha”, sin importar que el apoyo más evidente venga de la derecha moderada.
“Lamento no haber logrado convencer”, admitió al hacer balance de los últimos meses. Pero agregó: «Hay una tendencia en nuestras democracias a querer abstraerse del principio de realidad».
No convenció a nadie, ni a los sindicatos, ni a la oposición. Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional y rival de Macron en las dos últimas elecciones presidenciales, reaccionó: , todo contacto con el mundo exterior, incluso quizás con los suyos”.
Jean-Luc Mélenchon, líder del primer partido de la izquierda, el anticapitalista y euroescéptico La Francia Insumisa, afirmó: abstraemos del principio de realidad. La verdad es que no haentendredo nada”.
Se trató, para Macron, de retomar el pulso del país, tras el divorcio qu’ha provocado la reforma de las pensiones. Para persuadir y apaciguar. La tarea será complicada.
Sigue toda la información internacional en Facebook allá Gorjeofrecuentemente boletín semanal.
Suscríbete a seguir leyendo
Lee los límites del pecado