Hartos de la pandemia, los lectores llegaron antes que nunca a la primera jornada de la Feria del Libro de Madrid que, además de su carácter institucional debido a la inauguración de la reina Letizia, vio sus stands llenarse de público en busca de novedades literarias.
Han pasado dos años y medio desde la última vez que el Parque del Retiro de Madrid acogió este evento literario: la pandemia ha puesto en línea la edición de 2020 y la edición de 2021 se ha pospuesto a septiembre, en lugar de celebrarse como es tradicional en junio, de cara al previsiones sanitarias.
La incertidumbre con la que los editores y libreros esperaban dio paso de inmediato a una alegría generalizada al ver que el público era numeroso desde el principio, mientras que en otras ediciones este día fue casi puramente institucional por el acto inaugural.
Público en una feria diferente, a la que se accede con mascarillas y gel hidroalcohólico, pero que desde las primeras horas de su inauguración superó el 50 por ciento del aforo máximo permitido de 3.900 personas.
El recorrido inaugural que realizó la reina Letizia por la feria en compañía de la vicepresidenta y canciller colombiana Marta Lucía Ramírez duró una hora, ya que Colombia es la invitada de honor; el ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida; y la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz.
El viaje, en el que el director de la Feria del Libro, Manuel Gil, y Juan Fernández Trigo, secretario de Estado para Iberoamérica, El Caribe y Español en el Mundo, fue más breve que en otros años desde entonces. la feria redujo su espacio en esta edición, aunque el número de stands ha disminuido ligeramente, de 360 a 320.
La reina Letizia salió de la feria cargada de varios bestsellers para ella y Felipe VI, además de una gran cantidad de obras juveniles y novelas con diferentes temáticas para sus hijas Leonor y Sofía, grandes fans de la colección “Los Futbolísimos”.
El recorrido partió desde el stand del Ayuntamiento de Madrid y el anexo colombiano y, como en otros años, la reina hizo una parada en el expositor SM, donde llevó dos obras de literatura juvenil, “Amar es como se call” y “Cuenta juvenil”. “, para la Princesa Eleanor y la Infanta Sofía.
En esta ocasión, no se sacó ningún libro de “Los Futbolísimos”, del que la hija menor de reyes es una entusiasta lectora, según reveló su autor, Roberto Santiago.
“La Infanta Sofía es especialmente fanática de ‘Los Futbolísimos’. Ha leído toda la colección y hay 19 libros, lo que dice mucho. Es una satisfacción y un placer enorme ”, reveló Santiago a los periodistas, quienes agregaron otra colección favorita de las hijas de reyes es la de“ Los extraños del tiempo ”.
En Random House le obsequiaron “Los abysmos”, de la colombiana Pilar Quintana, ganadora del último premio Alfaguara, una autora que, precisamente, afirmó no haber sido invitada por el gobierno colombiano a la feria de Madrid.
Como señaló Quintana la semana pasada, aunque hubiera recibido la invitación, la habría rechazado como un “gobierno de censura”.
Ni siquiera autores como Laura Restrepo, Piedad Bonnett, Juan Gabriel Vásquez, Pablo Montoya o Héctor Abad Faciolince fueron invitados por el gobierno colombiano, cuya obra “El olvido que seremos”, la reina también conversó con los responsables de la publicación. justa.
Será el poeta y ensayista colombiano Darío Jaramillo, galardonado con el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca en 2018, quien impartirá la conferencia inaugural de la feria, en la que presentará una breve reseña histórica de la literatura colombiana desde el inicio de la Siglo XX hasta la actualidad.
La reina también visitó el stand de la editorial Turner, donde le entregó el “Alfabeto Democrático” de Manuel Arias Maldonado.
Del sello Planeta, Doña Letizia sacó una bolsa llena de los bestsellers de esta editorial; María Dueñas (“Sira”), Fernando Aramburu (“Los vencejos”) y Antonio Muñoz Molina (“Vuelve a donde”), entre otros.
Tras la inauguración, y con la feria abierta, fue el turno de los lectores de buscar sus títulos favoritos.
Sergio Bang, dueño de la librería Grant, es uno de los libreros que destacó su alegría al ver cómo la gente se apresuraba a comprar: “otros años el día fue más institucional, pero este año ha sido muy público”.
“Es imposible decir que el aforo limitado no va a limitar el público, pero está bien organizado para que pueda asistir todo el que quiera ir a la feria”, dijo.
Porque, dijo Bang, “tenías que venir a la feria fuera lo que fuera. Ya no es solo una cuestión de ventas, es una cuestión de principios”.
“Estamos todos hartos de la pandemia y los lectores llegaron desde la primera hora y ya lo hemos vendido”, indicó también Teresa García, de Interfolio Libros, editorial dedicada a la literatura de viajes.
E incluso si es una feria “rara”, Teresa García cree que funcionará porque los visitantes compran y no solo vienen a caminar.