Jue. May 2nd, 2024

Creció la tensión en Moldavia, una pequeña antigua república soviética incrustada entre Rumania y Ucrania. Las amenazas que generan la guerra en territorio ucranio, recrudecida en las últimas horas por la nueva ofensiva rusa, y la crisis interna fruto del conflicto bélico, condujeron el pasado viernes a la caída del Gobierno proocidental encabezado por Natalia Gravilita. El descenso, que se prevé en octubre, se deberá a que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, anunció a los jóvenes en Bruselas que los servicios de espionaje de su país habían interceptado documentos de Rusia que mostraban que Vladímir Putin, planeaba un golpe de Estado en Moldavia.

El plan, según la información de Ucrania, se hubiera llevado a un cabo con la ayuda de ciudadanos de Bielorrusia, Serbia y Montenegro con entrenamiento militar que acometerían acciones violentas enmascaradas como manifestantes. La presidenta de Moldavia, la proeuropea Maia Sandu, aseguró el lunes que la intención de Rusia de emprender acciones subversivas no es nuevo: nuevas instituciones de seguridad y orden público”.

Las autoridades moldavas han cerrado este martes por motivos de seguridad su espacio aéreo. Así, la dirección de aviación civil ha precisado que el cierre se había cumplido entre las 11.24 y las 14.47 (una hora menos en la España peninsular). No se especificó la razón, pero un periódico de Moldavo habló de «un dron extranjero que vuela sin autorización». Poco después, el Ministerio de Defensa rumano ha informado de que el sistema de vigilancia aérea de la Fuerza Aérea detectó, alrededor de las 12.30 (una hora menos en la España peninsular), un pequeño objeto aéreo, con forma de globo meteorológico, a una altitud de 11.000 metros en el espacio aéreo nacional, en el sureste del país. Dos cazas fueron a la zona y no consiguieron avistarlo.

En Moldavia, el pasado otoño, la atención se centró en la crisis energética provocada por Rusia, que provocó un gran descontento entre la población y generó violentas protestas. Esta vez, según subrayó la presidenta, el intento de desestabilización incluiría la incorporación de elementos “subversivos con entrenamiento militar, camuflados con ropa de civil, que emprenderían acciones violentas”. Entre esas acciones se contemplateba, según la jefa de Estado, el ataque contra estatales edificios y la toma de rehenes. La presidenta de esta república, de apenas 2,6 millones de habitantes, indicó que el objetivo de esas «acciones violadas disfrazadas de protestas por parte de la llamada oposición», sería «forzar el cambio de poder en Chisinau». La jefa de Estado confirmó que los documentos recibidos desde Kiev trajeron «ubicaciones y aspectos logísticos de la organización de esta actividad subversiva», así como instrucciones sobrias las reglas de entrada a Moldavia para ciudadanos de la Federación Rusa, Bielorrusia, Serbia y Montenegro.

Los seguidores del partido político Shor con pancartas «paso a paso estamos más cerca de caer», «vete, ya no nos representas» asistieron a una protesta en la Agencia Nacional de Regulación de la Energía (ANRE) en Chisinau (Moldavia), el 10 de febrero .DUMITRU DORU (EFE)

Rusia niega las acusaciones

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Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, ha rechazado este martes las acusaciones y las ha tachado de «gratuitas» y sin fundamento. Para la diplomática, están basados ​​en información clasificada que es imposible de verificar: «Luego la utilizan para justificar sus propias acciones ilegales». Zajárova cree que Kiev quiere «implicar a Chisinau en una dura confrontación con Rusia», al tiempo que Moldavia aprovecha esa «información falsa» para: «Alimentar el mito de la amenaza rusa; distraer a los ciudadanos moldavos de los problemas internos, causados Ante todo por el fracaso de la política socioeconómica de la actual administración; y para fortalecer la lucha contra la disidencia y los opositores políticos”.

Estados Unidos ha expresado su ansiedad por el presunto conspiracy ruso con el objectivo de derrocar al Gobierno moldavo. “Las informaciones son profundamente preocupantes. No están fuera de los límites del comportamiento ruso”, dijo John Kirby, coordinador para la Estrategia de Comunicación del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca, en rueda de prensa.

El presidente Sandu ha añadido que el Kremlin iba a contar en la ejecución de su plan con “varias fuerzas internas, especialmente grupos criminales como la formación (política prorrusa) Șor y todos sus brazos; veteranos; o personas del entorno de [el oligarca fugitivo Vladímir] Plahotniuc”. Sandu agregó que el objectivo de estas aciones pasa por “socavar el orden constitucional y cambiar el poder legítimo de Chisinau a uno ilegítimo. «Esto tendría a nuestro país a disposición de Rusia y detendría el proceso de integración europea», aseveró.

Para evitar este escenario, la mandataria pidió a todas las instituciones del Estado la máxima vigilancia e instó al Parlamento de Moldavia a adoptar “lo antes posible los proyectos de ley que doten al Servicio de Información y Seguridad [SIS] existe la Fiscalía de las herramientas necesarias para combatir con mayor eficacia los riesgos para la seguridad del país”. “Todos aquellos que participen en estas acciones dirigidas contra el estado de la República de Moldavia, elementos externos, miembros de partidos políticos y grupos criminales, y todos aquellos que los protejan, deben rendir cuentas”, puntualizó Sandu.

Posteriormente, la coalición de socialistas y comunistas, ha tachado la declaración de irresponsable y exigió que las pruebas de kyiv se hicieran públicas. “Si el SIS tiene pruebas, debe presentarlas al público. De lo contrario, tales declaraciones pueden considerarse como una provocación destinada a levantar a Moldavia a un conflicto militar, causar histeria en la sociedad, intimidar a la oposición e intensificar la represión política contra todos los insatisfechos”, ha aclarado en un comunicado la alianza de izquierdas. El partido nacionalista de derecha radical Șor ha arremetido con más dureza contra la presidenta al acusarla de usurpación de poder, al mismo tiempo que ha incitado a convocar nuevas protestas para este domingo. Marina Tauber, vicepresidenta de esta formación afín al Kremlin, ha anunciado que si se conceden más facultades a los órganos de seguridad del país “habrá nuevoss abusos de poder y violaciones de los derechos humanos”.

Dimision forzada

El Ejecutivo moldavo ha atravesado en los últimos meses varias crisis graves que han erosionado duro su imagen y nivel de confianza como la llegada de refugiados de Ucrania, el aumento de precios, o la crisis energética. Esos factores han provocado un descontento masivo entre la población, fomentado por los partidos prorrusos. La división de la primera ministra, Natalia Gravilita, y de su Gabinete, el pasado viernes, intentó reparar la maltrecha imagen del Gobierno. Aunque Gavrilița modificó mantener la estabilidad económica en momentos críticos, nunca se conectó con la población. Una encuesta de enero, la expressa ministra no aparecía en la lista de líderes políticos en los que confiaban los ciudadanos.

La lentitud de las reformas emprendidas por el país es otro de los motivos que han llevado al Gobierno a la dimisión. Moldavia ha adquirido una serie de cambios de calado; desde la justicia hasta la energía y desde infraestructuras hasta el campo de la seguridad. Todas están sujetas a la demanda de integración en la UE y la ruptura con el legado prorruso. A pesar de la importante ayuda de Rumania y otros socios occidentales, algunos cambios han creado insatisfo denttro del partido gobernante, el liberal PAS, así como entre sus seguidores.

Además, el apoyo de Gavrilita ha podido al viceprimer ministro, Andrei Spinu, una figura controvertida del partido, tampoco ha ayudado. La expressa ministra se ha puesto del lado de Spinu en varias decisiones polémicas. Sandu pronuncia un duro discurso ante el Gobierno en diciembre, precisamente tras una extraña decisión de Spinu, qu’entregó a Transnistria —una región autoproclamada independiente de facto gracias al apoyo de Rusia— todo el gas compró a Gazprom a cambio de electricidad. Después, el presidente solicitó al Gobierno qu’explicara pública la decisión y que reorganizara su actividad en el sector energético, lo que todavía no ha ocurrido.

La presidenta, Maia Sandu, ya vio su descontento con el Ejecutivo el pasado 2 de noviembre, cuando respondió en una entrevista: «Seguro que hay espacio para algo mejor». Ahora, ha apuntado como primer ministro designado a Dorin Recean, que compara la orientación prooccidental de la jefa de Estado, de la que es gallardo colaborador. “Pas d’esperamos un cambio en el rumbo europeísta de Moldavia, al contrario. Es probable que el Gobierno de Recean ponga un énfasis aún mayor en la agenda proeuropea”, afirma por teléfono Mihai Isac, especialista en política interna de esta república. Recean se enfocará más en los temas de seguridad, dado que fue ministro de Interior y encabeza el Consejo de Seguridad, en un contexto donde el país está bajo el constante mejoramiento de Rusia y el enclave separatista de Transnistria”, subraya el experto.

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