Jue. Abr 25th, 2024

Una niña de 4 años falleció por severos problemas de salud en Añatuya, Santiago del Estero. La polémica se instaló la pequeña había estado en un hogar de una Asociación Civilpero en diciembre, el Subsecretario de Niñez y Familia de Santiago ordenó que se le devolviera a su familia, de origen humilde, que vivía en una zona de difícil acceso a servicios de agua y condiciones vulnerables, según Denunció el hogar Refugio Madre Teresa de Calcuta, de la asociación civil Haciendo Camino. Desde el gobierno, prometieron a la asociación, que se iniciará un sumario administrativo para determinar la responsabilidad de los funcionarios del área de niñez.

Alejandrina Iñiguez lamaba la niña. Tenía 4 años y el 7 de marzo tuvo una causa de paro cardíaco, como consecuencia de un shock alergico va a recibir dipirona, un fármaco de usuario habitual para bajar la fiebre, de acuerdo al informe médico del Centro Provincial de Salud Infantil, de Santiago del Estero (CepSi). Había nacido con un retraso global del desarrollo y atrofia bilateral del nervio óptico. Por ello, era ciega, no se sentaba ni caminaba por sus propios medios y comía con mucha dificultad, según se informó desde el hogar.

Desde que nació hasta los 12 meses, Alejandrina vivía con su madre en una vida humilde, en una zona rural de Añatuya, un pueblo a 180 km al sur de Santiago. Cuando lo detecte allí desnutriciónintervino el Subsecretario de Niñez, Adolescencia y Familia, que se abocó al caso y prolongar, en marzo de 2020, que la niña y su madre, ingresaran al Refugio Madre Teresa de Cálculo, de la Asociación Civil Haciendo Camino.




El Hogar donde utilizó la nena con su mamá hasta diciembre pasado.

“En el hogar recibido cuidados especiales de todo tipo: proceso de alimentación, estimulación visual, estimulación temprana, estricta atención sanitaria, tratamiento en el Hospital de Niños de Santiago del Estero y en el Hospital Garrahan de Buenos Aires y asistía a dos escuelas especiales”, dijo a Clarín Catalina Hornos, presidenta de la asociación.

Entre marzo de 2020 y diciembre de 2022, la organización se articuló con la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de Santiago y redactó varios informes sobre Alejandrina en donde resaltaba que «siempre era necesario recordarle a la madre las rutinas y necesidades de su hija y que había que supervisarla en el cuidado de ella», dijo Catalina Hornos y agregó que «la madre de Alejandrina es analfabeta y eso hacía que el resultado será difícil si se encuentra un remedio donde se puedan escuchar los horarios de administración, así como la preparación de las reuniones”.

Noelia Junín, también de la Asociación Civil Haciendo Camino, el dijo ha Clarín que «nunca se tomó una medida excepcional como alejarla a la madre de la niña» agregó que María, la mamá, «es evidente que tiene dificultades en el aprendizaje, cultural, es analfabeta, no sabe leer ni escribir, ni identificar la hora para cuidar a una Alejandrina. nunca quisimos separarla de la madre, sino hacer un acompañamiento. Desde el hogar, cuando se nos pide el ingreso, desde el primer momento se le examinaron todas las herramientas. Es verdad, ella (la madre) se negó a veces a darle los remedios y seguir las indicaciones, pero no por falta de amor, sino por falta de conocimiento de cómo hacerlo. No podemos decir que tenía (la mamá) un retraso madurativo, pero si falta de capacidades”.

Desde el hogar informó a las organizaciones oficiales de las mejoras de la niña, pero la madre no podía cuidarla sola y eso se informó en varias ocasiones«incluso se presentó un informe escrito, el día que volvió a su hogar, el 22 de diciembre, y expresamos nuestra disconformidad por los riesgos qu’implicaba el lugar donde iba a vivirr, en una zona alejada, por las limitaciones de María, la mama y por el complicado estado de salud de la niña”.

Cuando las organizaciones gubernamentales empeoraron que la niña debió volver a su vivienda, con su familia, el hogar se opuso determinantemente. Incluido el acta de egreso del hogar de la niña fue firmado con la disconformidad por la Fundación Haciendo Camino, que dejó constancia por escrito de su desacuerdo.

«Durante su permanencia en el establecimiento, la Subsecretaría mantuvo reuniones con nosotros y en todas esas instancias, la información de nuestra parte fue siempre la misma: si bien su mamá había mejorado el vínculo con la niña, no podia hacerse cargo sola de esa tareaya que ella misma tenía un déficit intelectual”, explicó Catalina Hornos.

La niña había sido derivada a su vivienda, ubicada en un paraje denominado El Cuadrado, donde vivían ellas y su familia, zona de alta vulnerabilidad, sin agua potable ni centros médicos o escuelas cercanas. Ubicada a 110 kilómetros de la localidad de Añatuya y a 33 kilómetros de Los Juries, localidad fronteriza cercana a Santa Fe, que es la zona más urbana cercana, el único lugar para hospedarse, puedes auxiliar a Alejandrina en caso de complicidad en salud.

«Desde el gobierno se nos dijo que va a iniciar un sumario administrativo para determinar la responsabilidad de los funcionarios” dijo Noelia a Clarín. Este diario intentó hablar con autoridades de la Subsecretaria de Niñez y Familia, pero informó que por “política institucional, no se brindó información sobre situaciones particulares”.

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