Jue. Nov 7th, 2024
Rosario Murillo denuncia a periodistas como “seres malvados”

El ataque verbal del vicepresidente se produce cuando los periodistas independientes nicaragüenses celebran el Día Internacional del Periodista.

La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, dirigió este miércoles sus insultos y acusaciones infundadas al gremio periodístico que no está bajo su control y que desde 2018 denuncia la brutal represión del gobierno sandinista contra la oposición.

“No seres buenos, seres malvados, seres malvados, que todavía dicen los periodistas, pudieron usar las cámaras, usar la frecuencia que la misma gente garantizaba, para transmitir, para disponer de la muerte”, dijo en referencia a la cobertura de las protestas de hace tres años.

“Anunciaron los hechos, llegaron primero con sus cámaras y se prepararon para ver la matanza y la muerte”, dijo Murillo.

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El ataque verbal del vicepresidente ocurre cuando los periodistas independientes nicaragüenses celebran el Día Internacional del Periodista, ya sea en el exilio, bajo constantes amenazas del gobernante Frente Sandinista, o en la cárcel, como en los casos de Miguel Mendoza y Miguel Mora.

“Qué buena voluntad puede ser, del amor cristiano, porque ellos también se autodenominan cristianos”, dijo Murillo, reiterando la acusación de los periodistas de “difundir” información sobre muertes a su antojo “para transmitir la imagen de un país al que han atacado. “

Según la primera dama, “algún día” estas serán las “historias reales” que se contarán en Nicaragua sobre lo ocurrido hace tres años.

En su discurso, Murillo reiteró la frase “no se juega con la paz”, que siempre dirige amenazadoramente a la oposición.

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Sacerdotes de ataque

Rosario Murillo también dijo que habló con vecinos de la comunidad indígena Monimbó, en Masaya, uno de los principales focos de las protestas de 2018. Según ella, los monimboceños ni siquiera conocían a las personas que protestaban.

La portavoz del estado también aprovechó para atacar una vez más a los sacerdotes de la Iglesia Católica, llamándolos “diablos”, servidores de “Satanás”, “videntes del mal” y “profetas del odio”.