Sáb. May 4th, 2024
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La relación amistosa que Alejandro Giammattei y Consuelo Porras han declarado públicamente no es ningún secreto. Foto por hora

La relación de amistad que declararon públicamente Alejandro Giammattei y Consuelo Porras, ratificada de manera muy puntual cuando denunciaron ante la Fiscalía Especial Contra la Impunidad por investigar el papel de la Presidencia en la conspiración criminal para destituir al mandatario de antemano, no es para nada secreto. Presidente del Instituto de Seguridad Social de Guatemala. Tampoco es que Porras llegó al Ministerio Público elegido por Jimmy Morales como disfraz, función que debe reconocerse como plenamente cumplida. En este peculiar contexto de administración de la entidad llamada a realizar el proceso penal, sólo si fuera un idiota Juan Francisco Sandoval habría informado de la superioridad del caso de la alfombra rusa. Además, en cuanto Giammattei le informó a Porras que algo se estaba investigando, la remitió directamente a la FECI para que realizara búsquedas y búsquedas en los archivos con el fin de evitar cualquier investigación en contra de su “amiga”.

Imagínese si el fiscal que investiga el notorio traficante de favores sexuales Jeffrey Epstein le dijera al Fiscal General de los Estados Unidos sobre la investigación sabiendo cómo se manejó esta adicción en la época de Trump y que el propio Donald Trump no solo era un usuario, sino también un amigo cercano y cómplice de Epstein. Por supuesto, ningún investigador serio, comprometido con el estado de derecho, será tan ingenuo, por no decir estúpido, como para presentar un caso contra Giammattei precisamente a su querida amiga Consuelo Porras, designada específica y específicamente para convertir al Ministerio Público en un parapeto a favor de la impunidad, dispuesto a perseguir, sí, a todos los que intentaron combatir la impunidad, la lista de perseguidos y acosados ​​a la que ahora se suma Juan Francisco Sandoval.

Sandoval necesitaba un caso absolutamente sólido y terminado para poder presentarlo, ya que podía ser detenido de un plumazo, o mejor, con un grito, por la Fiscalía General de la República. Precisamente para garantizar esta independencia, se había establecido que los casos de la FECI no serían incluidos en el sistema general de control que existe en el MP. Pero no olvidemos que Consuelo Porras despidió al jefe de la Agencia 8 de la FECI y puso en su lugar a quien pudiera destruir las pruebas y esa era la agencia donde estaba la investigación.

Ahora Porras le dice a Guatevisión que van a investigar la visita a Rusia. Hay mucho en juego no solo en la dirección de tal investigación, sino en la velocidad de la misma bajo su liderazgo.