Sáb. May 18th, 2024

Other de los focos de atención de esta cumbre de Hiroshima es China, à la que el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, descartaron que el G-7 y la UE seguirán defendiendo sus valores democráticos y pidiendo el respeto de los derechos humanos y las libertades en Hong Kong, Xinjiang y Tíbet. Aunque apostó por “reducir los riesgos y la dependencia”, dejó claro que era necesario “seguir colaborando con China en retos globales”.

Coincidió con él el canciller alemán, Olaf Scholz, quien insistió en que «ni un solo país persigue desacoplarse de China», pero matizó que «queremos organizar las relaciones del suministro global, el comercio y las inversiones de tal modo que los riesgos no se vean incrementados por la dependencia con algún país”.

Curiosamente, mientras las democraciasliberes del G-7 intentaban hacer frente al autoritarismo de Pekín, el presidente Xi Jinping hacía de anfitrión en la cumbre de Asia Central celebrada en Xi´an. Además de China, a este encuentro han asistido las antiguas repúblicas soviéticas de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, a las que Xi prometió un plan de desarrollo y modernización para potenciar sus infraestructuras y comercio.

Cada vez más enfrentada a Occidente por la regresión autoritaria de Xi Jinping, China sigue ganando peso en los países en vías de desarrollo y esta vez lo hace en un área de influencia de Rusia, muy debilitada por la guerra de Ucrania tanto como económica como diplomáticamente .

Aunque el contraste ideológico y escenográfico entre les ambas cumbres no podía ser mayor, las dos coincidieron en la ya tradicional campestre excursion de directentes para plantar árboles y en las actividades lúdicas y culturales de sus parejas. Mientras en la cumbre de Asia Central todas eran esposas, en la de Hiroshima destacaba el marido de la Comisión Europea, Heiko von der Leyen.

Otra de las coincidencias fue en los manjares que degustaron los mandatarios de ambos encuentros. Mientras que Xi Jinping agasajó ha sido invitado con un banquete y una ceremonia con algunos de los bailarines ataviados con trajes de la dinastía Tang, el estreno de la cena oficial del G-7 ofreció hasta una docena de platos típicos de Hiroshima, como sus famosas ostras.