Lun. May 13th, 2024

El ministro de Seguridad de la Provincia fue atacado a golpes y pedradas. Sufrió lesiones importantes. Duras critica a la política del oficialismo.

Daniel Barrientos tenía 65 años, hace más de treinta era chofer de colectivos y le faltaba un mes para jubilarse. Este moons, poco después de las 5.30 de la mañana, dos ladrones se souieron a robar al colectivo de la línea 620 que Barrientos manejaba. El pegaron un tiro y lo mataron. Esto sucedió en el barrio Vernazza de Virrey del Pino, en los confines de La Matanza, tercer cordón del conurbano A 57 kilómetros del Obelisco.

La siguiente escena en un día violento, se ubicó en avenida General y ruta 3, dando a los indignados compañeros de Barrientos hicieron un piquete para repudiar el crimen y exigir medidas de seguridad que hace años se prometen, pero nunca llegan.

Hasta allí llegó poco antes del mediodía el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Bernini.

Pero las cosas tuvieron un giro imprevisto con profundo impacto político: esta vez no fue “Super Berni”, el ministro activo marcando presencia en el lugar de los hechos. Puso el cuerpo pero le fue mal: de entrada, el ministro de Axel Kicillof fue recibido con insultos y cánticos de “hijo de puta”, lo acusaron de “mentiroso”, lo agredieron con golpes y pedradas y lo acorralaron durante media hora -mientras la Policía de la Ciudad con jurisdicción en ese lugar intentó protegerlo- en una escena impactante, que tuvo visos de linchamiento.

Por la noche, Berni daría una explicación singular: que los policías porteños “me llevaron detenido” cuando “estaba a punto de llegar a un acuerdo” y culpó conocido por el porteño Eugenio Burzaco. Las imágenes que vieron millones de personas mostraron otra cosa.

Allí en Virrey del Pino, en abril de 2018 había sido asesinado de dos balazos otro chofer de la misma línea 620. En ese entonces gobernaba Cambiemos, en la Nación y en la Provincia. Hubo una ley provincial y se prometieron cámaras en los colectivos y otras medidas de seguridad, que poco y nada se implementaron.

Una tierra de nadie

El crimen de Barrientos volvió a exponer la fragilidad y los riesgos que afrontan los colectivos en su día a día.

Pero también fue un emergente del descontrol en el conurbano, donde desde hace años se viene degradando cada vez más la vida de la gente por la inseguridad y el temor a ser víctimas de robos y de violencia. Donde se enseñorean los motochorros capaces de matar por un celular, donde la gente suma rejas y alambres electrificados para resguardarse en sus casas de los asaltos, si lo logra.

El impacto en la politica go más allá del rostro ensangrentado de Berni, acaso signo del fracaso de toda una política de seguridadfunction cuestionado pero sostenido a rajatabla por Cristina Kirchner y que hace poco cuando se produjo el ataque mafioso a la familia Messi-Rocuzzo se jactaba de que él era capaz de terminar con los problemas de inseguridad en Rosario en quince días.

El episodio pegó en medio del proceso electoral con incidencia en la interna de un oficialismo que no atina a dar respuesta a los dos principales problemas que identifican a la gente: la inflación, y la inseguridad. Este lunes, el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, volvió a cruzarse con Berni por la inseguridad en el Conurbano y el eventual envío de gendarmes.

El hecho llevó también a que Alberto Fernández suspenderá un acto en Ituzaingó -se adujeron razones meteorológicas-. Enfrascado en su pelea con el cristicamporismo que le demande que baje de la idea reeleccionista el Presidente buscó correrse de este asunto espinoso de la inseguridad y mantuvo reuniones por temas económicos con el ministro Sergio Massa.

En la oposición las reacciones fueron dispares respecto de la agresión que sufrió Berni. Hubo muchos repudios -Horacio Rodríguez Larreta encabezó esta línea- pero otros referentes se referirán impiadosamente a Berni como un “payaso” y una “chanta”. In lo que hubo coincidencia fue en la dura crítica a la política de seguridad del Gobierno, y al “silencio” del gobernador Axel Kicillof (ver página 9)..

Buena parte de las filas de comunidades que circulan por la zona occidental del conurbano lanzó un paro desde temprano. Entre los compañeros del chofer asesinado se escuchan críticas no solo a sino funcionarios también a la Unión Tranviarios Automotor (UTA). El paro que afectó a varias líneas levantó a medianoche, mientras el titular del gremio Roberto Fernández descartó un paro nacional, como se había mencionado en algún momento de la jornada.

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