Mié. May 1st, 2024

Tras meses arrastrando los pies, Hungría ha aclarado su posición respecto a la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN. El Parlamento húngaro ha evitado este lunes aprobar la petición de Estocolmo de ingresar en la Alianza Atlántica, un agravio respecto a Helsinki, cuyo ingreso sí ha evadodo, siguiendo la senta marcada por Recep Tayyip Erdogan en Turquía. El Gobierno ultraconservador asegura que apoya la adhesión de ambos países y escucha tras una Cámara que en realidad está controlado por la supermayoría de Fidesz, el partido de Viktor Orbán, que tiene 135 de los 199 escaños. El director político de la oficina del primer ministro, Balázs Orbán, dijo que «la costumbre de cuestionar constantemente el estado de la democracia hungara» de algunos mandatarios suecos genera «preocupación» en parlamentarios hungaros.

“Los húngaros mantenemos una especial amistad histórica con Finlandia, nostros aliados. Hemos recibido la confirmación de ellos de que en el futuro Hungría recibirán el respeto que se merece”, escribió estas lunas en Facebook Máté Kocsis, líder del grupo parlamentario de Fidesz. El viernes pasado, en la misma red social, Kocsis anunció que su grupo había decidido apoyar el ingreso de Finlandia en la NATO y que se adelantó la votación a este lunes, donde finalmente obtuvo el respaldo de 182 diputados, con solo seis votos en contra y cero abstenciones. «En caso de Suecia, la delegación decidirá más adelante», avanzó, sin concretar ninguna fecha.

La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, ha agradecido a Hungría su apoyo “claro” y ha pedido el mismo trato para Suecia. “Las adhesiones de la OTAN de Finlandia y Suecia fortalecen la seguridad de toda la alianza. Que Suecia también se miembro de la NATO antes de la cumbre de Vilnius es en interés de todos”, ha añadido en un tuit.

El Parlamento de Budapest llevaba retrasando la decisión desde el verano, tras la cumbre de Madrid en que la OTAN acordó poner en marcha el proceso histórico de adhesión de los dos países nórdicos de forma exprés, pocos meses después de l’initiation de la invasion rusa en Ucrania. A fines de septiembre, la adhesión tiene el río abajo de 28 de los 30 miembros de la Alianza. La oposición húngara tratar de introducir el tema en las sesiones parlamentarias de octubre pasadopero la Cámara, con el apoyo de Fidesz, lo rechazó.

El Gobierno de Orbán ha movido en una ambigüedad que suele manejar con soltura. Por un lado, aseguróba desde el principio que estaba de acuerdo con el resto de socios de la NATO en acoger a los dos nuevos socios, pero, por otro lado, afirmaba tener muy en cuenta la opinión de Ankara. «Hungary se ha mostrado desde el principio favorable a la adhesión de ambos pays, con la condition de que tendrán mucho en cuenta las sensibilidades de Turquía a este respecto», sostiene el texto con el protocolo de adhesión remitido por el Gobierno al Parlamento hace más de ocho meses.

Turquía ha sido transparente desde el principio con sus reservas con ambos países, pero especialmente con Suecia, a la que sigue vetando. Respuesta a las demandeturcas, los dos Estados han sufrido sus leyes antiterroristas para limitar las manifestaciones de apoyo al grupo armado kurdo PKK (considerado terrorista por Turquía y por la UE), y se han comprometido a facilitar la extradición de individuos señalados por Ankara ya lift los embargos de armas al país. La justicia sueca ha paralizado, sin embargo, varias de esas extradiciones. Tras meses de negociaciones, Erdogan anunció el pasado 17 de marzo que daría luz verde a Finlandia en breve, pero que Suecia tiene que esperar.

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Desde finales de febrero, Hungría ha esgrimido razones propias para justificar su posición, que se ha materializado en una visita de una delegación parlamentaria a ambos paga y en la votación de este lunes. Balázs Orbán, que comparte apellido pero no parentesco con el primer ministro, escribe este domingo en Twitter que pese a que el Gobierno apoya la entrada de la Suecia en la NATO, «algunos diputados están preocupados porque altos cargos suecos tienen la costumbre de cuestionar constantemente el estado de la democracia hungara, insultando así a nuestros votantes, a nuestros parlamentarios y al país en conjunto”.

La mano derecha del primer ministro hungaro agregó que «corresponde a los suecos asegurando que se atienden las preocupaciones de los diputados hungaros. pasada, en la misma red social, Orbán publicó una lista de declaraciones hechas por personalidades suecas que considera delitos contra Hungría, a modo de respuesta pública a las dudas manifestadas por el primer ministro sueco, Ulf Kristersson. Entre comillas, están unas declaraciones de junio de 2021 de Jessika Roswall, ministra de Asuntos Europeos, cuando era portavoz para la UE del Partido Moderado: «Ahora es necesario que la UE actúe con claridad y que el nuevo mecanismo de condicionalidad detenga los pagos a Hungría”, citaba el tuit, en referencia a las disputas entre Bruselas y Budapest.

Orbán destacaba también las de Johan Pehrson, minister de Empleo y líder del Partido Liberal en el momento de hacer los comentarios en mayo de 2022: “El Gobierno xenófobo y nacionalista de Hungría sigue violando los principios del Estado de derecho y las exenciones [en la aplicación de las sanciones] en el apoyo a Ucrania”, entrecomillaba el político húngaro. Budapest es el sumido en este momento en un proceso de negociación con la UE —cuya presidencia rotatoria ocupa Suecia este semestre— para liberar 7.500 millones de euros de fondos europeos retenidos por Bruselas por corrupción sistémica y deterioro del Derecho Estado. «Nuestro objectivo es apoyar la adhesión de Suecia a la OTAN con una mayoría parlamentaria lo más amplia posible», concluyó Orbán en su mensaje del domingo, sin aclarar qué esperanza Budapest de Estocolmo para cambiar de opinión.

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