Dom. May 19th, 2024

El autor es un comentarista científico.

Óvulo más esperma = embrión. Es difícil pensar en una regla más fundamental en biología. Sin embargo, tenemos que repensarlo. La semana pasada, en una conferencia sobre células madre en Massachusetts, los investigadores revelaron que habían creado embriones humanos «sintéticos» sin utilizar óvulos ni espermatozoides. Estas estructuras, mejor llamadas embriones modelo, se cultivaron a partir de células madre vivas individuales derivadas de un embrión humano real. No fue un logro de una sola vez: otro equipo creó un modelo de embrión con un latido del corazón.

Los avances aparentes, que aún no se han publicado en revistas revisadas por pares, tienen como objetivo arrojar luz sobre la infertilidad, la pérdida del embarazo y los defectos de nacimiento. Pero también plantean preocupaciones morales y legales. La ciencia, y la sociedad en general, ahora deben considerar qué tan cerca están estos embriones artificiales cultivados en laboratorio, esencialmente tapices de tejido, de lo real. La discusión abierta, junto con las regulaciones actualizadas y la consideración cuidadosa de cómo se podría comercializar este trabajo, alentará el apoyo público para investigaciones valiosas que podrían conducir a tratamientos.

Aproximadamente uno de cada cinco embarazos termina en aborto espontáneo. Sin embargo, la ciencia ofrece sorprendentemente poca información sobre por qué, en parte porque es difícil estudiar embriones in vivo. La alternativa es examinar el desarrollo embrionario en el laboratorio, incluido el uso de embriones sobrantes donados por pacientes de FIV. El uso de embriones humanos con fines de investigación se rige por leyes estrictas que se adhieren a un programa de desarrollo.

Después de la fertilización, las células se dividen durante unos cuatro días antes de contraerse en un blastocisto. Luego viene la implantación en el útero, lo que indica el inicio del embarazo. El día 14, el embrión sufre una «gastrulación», cuando el esquema corporal comienza a tomar forma y se materializan distintos linajes celulares. Una de las características es la «raya primitiva», un surco que aparece a medida que se desarrolla la simetría bilateral.

En términos generales, en el Reino Unido y muchos otros países, los embriones humanos no se pueden cultivar más allá del día 14. Esto significa que los detalles científicos exactos de lo que sucede a continuación, incluida la forma en que el embrión se autoorganiza en diferentes tipos de tejido, siguen siendo un misterio. Los embriones animales, que pueden nutrirse durante más tiempo, tienen una relevancia limitada.

Aquí es donde entran los «modelos de embriones basados ​​en células madre». Un equipo dirigido por la profesora Magdalena Żernicka-Goetz, que trabaja tanto en la Universidad de Cambridge en el Reino Unido como en el Instituto de Tecnología de California, aisló una célula madre embrionaria de un embrión humano y convenció a las células de que proliferaran para autoensamblarse en un embrión. estructura similar a un poco más allá del día 14. Żernicka-Goetz y otros dos autores son nombrados inventores en una patente relevante; otro grupo, dirigido por Jacob Hanna en el Instituto de Ciencias Weizmann en Israel, publicó una preimpresión similar el mismo día.

Un equipo rival del Instituto Gurdon de la Universidad de Cambridge, describiendo un trabajo no publicado, dijo que habían desarrollado un embrión sintético en la etapa en la que se podía detectar un latido del corazón, aunque fue diseñado deliberadamente para que careciera de tejidos esenciales para un mayor desarrollo.

¿Porque es esto importante? En muchos países, los embriones sintéticos no cumplen con la definición formal de embrión (aunque el uso de células madre embrionarias todavía está regulado). En cambio, se consideran más cercanos al tejido humano cultivado en laboratorio, que está regulado de manera más liberal. Pero la búsqueda de la autenticidad biológica tiende una trampa: cuanto más similar es un modelo de embrión, más útil científicamente se vuelve, pero también más problemático desde el punto de vista ético.

También se pueden crear embriones sintéticos utilizando células madre adultas reprogramadas, lo que evita ciertas restricciones. Pero sea cual sea la técnica que se utilice, esta ciencia ahora está más allá de nuestra capacidad para regularla, y no es descabellado preocuparse por lo que un científico sin escrúpulos pueda intentar.

La ley británica prohíbe el uso de embriones sintéticos para crear bebés, pero los investigadores ya están probando el principio en animales. Científicos en China implantaron embriones de mono modelo en monos hembra, aunque los embarazos abortaron espontáneamente poco después. Tales embarazos podrían estar inherentemente condenados; alternativamente, las mejoras técnicas podrían hacerlos viables.

En este último caso, los científicos deben estar atentos: la autorregulación no ha evitado la calamidad de los bebés humanos modificados genéticamente en China. La Universidad de Cambridge, el epicentro de esta nueva investigación, está consultando razonablemente sobre un marco de gobernanza, pero el tema de los embriones sintéticos es más grande que un campus. Gran parte del bien científico y la felicidad humana pueden provenir de esta emocionante investigación sobre la pérdida del embarazo, siempre que podamos evitar el daño.