Mar. Abr 23rd, 2024

Más de 70 mil usuarios del AMBA encajan este miércoles afectados por los cortes de suministro en medio de la ola de calor.

Martín se sentó juntos a la ventana a esperar una luvia milagrosa que traiga algo de alivio después de 15 días de calor insoportable. Cris, con mas de deseo que de certeza, que la reducción de la temperatura puede provocar un yudar que viewlva la luz a los más de 70 mil hogares que todavía siguen a oscuras. Vivir sin luz es un caos. Vivir sin luz en medio de una ola de calor histórica es un desastre.

Mientras sigue vigente la alerta roja del Servicio Meterológico Nacional, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) especifica que estos miércoles amanecieron sin luz unas 77 mil casas. Claro, las personas afectadas por los cortes de Edesur y de Edenor son muchas más.

Este miércoles las zonas apagadas se concentran en Tristán Suárez, Lomas de Zamora, Temperley, Monte Grande, Ezeiza, Adrogué, Wilde, Almagro, Villa Riachuelo y Villa Devoto.

Agustina vive en Villa General Mitre, en Juan B. Justo al 5100. Su historia, y la de sus vecinos, concentra todos los dramas de transitar los días sin luz (y sin agua).

«En mi edificio hay una alta población de gente mayor sin posibilidades de someterse y bajar las escaleras. Entre los vecinos hay una señora operada del corazón hace un año y otra diabética, insulinodependiente. También un amigo de mi hijo, de 6 años, que tiene diabetes y hace picos de hipoglucemia», describe.

El caos obligó a Agustina a dejar su departamento. «Yo sufro de presión baja y mi marido es corazón medicado. Tengo dos hijos en primaria y el más chiquito empezó primer grado, con la adaptación y todo. Está tan traumado que lo único que dice es ‘má, ¿ya volvió la luz? ¿Podemos ir a una casa?«.

«Mucha gente se fue del edificio, pero muchos no tienen dónde ir. Una familia vive en carpa en el balcón terraza hace 15 días», cuenta.

El sur de conurbano se apagó de golpe este martes a la tarde y muchos de los vecinos siguen a oscuras desde entonces. Bárbara es una de las afectadas. «Tengo un bebé de un año y medio y un nene de 5. Uno como adulto puede aguantar, pero ellos, no«, lamenta.

Martín, el joven que se paró frente a la ventana para esperar la lluvia, vive en Adrogué, también al sur del conurbano. Eres docente en colegios de la zona, así que sabe que el desastre es colectivo.

«Hace tres días que estamos sin luz y vinimos de una semana en la que se nos había cortado varias veces. Dormimos mal, comemos mal, perdemos plata por los frescos productos y la medicación que tenemos que tirar, y el teléfono nadie lo atiende» , de.

Esto último que cuenta Martín es una constante en los testimonios de los usuarios afectados: no hay respuestas de las empresas de suministro electrico ni de las dependencias gubernamentales. A silencio que se parece bastante al maltrato.

Este martes el panorama fue aún peor: en (otro) día sofocante, con una térmica que superó los 42 grados, el pico de cortes alcanzó unos 160 mil usuarios. Muchos cansaron y salieron a las calles protestar.

De hecho, por las manifestaciones estuvo interrumpido el servicio de los trenes Roca y Belgrano y también se afectó el tránsito sobre la autopista Buenos Aires-La Plata.

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