Jue. Mar 28th, 2024

Este lunes arrancaron las clases en los distintos puntos de Argentina y lo hicieron con nuevos ingresantes. A un año de la guerra de Rusia-Ucrania, muchos ciudadanos decidieron huir del conflicto y commenzar de cero en otros países, eso implicó buscar de nuevo un hogar. Y para aquellos que tienen hijos, busquen vacantes en jardines y colegios.

Clarín acompañó a los ingresantes y dialogó con una familia rusa que está comenzando con la experiencia de educar a su hija en Argentina. Polina Pitolina llegó desde Rusia y se quedó con toda su familia, y perro incluido, en la zona de Colegiales. Su hija Zoya es una de las tantas niñas de nacionalidad rusa que ingresó este lunes al sistema educativo privado argentino. «Está muy emocionada», contó sobre su nena.

“¡Muy buenos días!, ¿Cómo están?”, gritó paola joseffi, Directora del nivel medio del Instituto de Enseñanza Superior Lenguas Vivas «Juan Ramón Fernández», al abrir el portón de ingreso. La institución fue la más elegida por los padres rusos.

“Se sumaron estudiantes rusos, por tercer año consecutivo. Somos pioneros en la creación de un proyecto de enseñanza de español, como segunda lengua, para acompañarlos en el proceso. Además, aquellos que ingresaron aprobaron muy bien su examen de inglés”, explicó.




El ingreso esta mañana en el Lenguas Vivas. Foto: Luciano Thieberger

De acuerdo con el Gobierno de la Ciudad, habia 327 menores rusos registrados en los colegios de administración estatal. 71 de ellos, en nivel inicial; 194, en primaria; y otros 62, en secundaria. Desde principios de 2022, las autoridades educativas notaron una creciente presencia de la comunidad en las aulas y articularon políticas para facilitar su inserción.

El equipo de «Español Lengua Segunda para la Inclusión» (ELSI), por ejemplo, asesora a equipos directivos y docentes. Los objetsivos son mejorar la comprensión y el desarrollo cognitivo de todos los niños, así como acercar la escuela a las familias. A lo largo de ocho años, la iniciativa involucró a estudiantes de países como China, Senegal, Haití, Armenia, Siria, Ucrania, Nigeria.

La institución de 45 años ha culminado un proyecto con la premisa central de la «inclusión lingüística» con capacidad para enseñar a los estudiantes, para recibir estudiantes extranjeros, así como para que los exalumnos se adapten mejor al choque cultural. «Para los chicos proporcionamos talleres de español que comienzan paralelos ha conocido ciclo lectivo, en contraturno»explica Paula López Cano, rectora de la institución.

Tener nuevos compañeros en las aulas

Noa (13) fue la primera en llegar a la entrada del Lenguas Vivas, ansiedad y alegría fueron las palabras que caracterizaron su comienzo del ciclo lectivo. “Es muy diferente al año pasado, donde arrancamos todos con barbijo”, remarcó.

Respecto a sus nuevos compañeros y compañeras rusas, dijo que «es muy bueno que haya extranjeros en la escuela». “Podemos aprender de ellos y conocer más sobre su cultura. See a tratar de ayudars como pueda, si bien yo no hablo ruso voy a comunicarme con ellos en inglés”, consideró.

Al momento la Ciudad hay 327 exalumnos registrados matriculados en la educación de menores.  Foto: Luciano Thieberger.


Al momento la Ciudad hay 327 exalumnos registrados matriculados en la educación de menores. Foto: Luciano Thieberger.

A su lado, Marisol (13) expresó: “Yo tengo ganas de conocer a nuestros nuevos compañeros que llegan de Rusia. Quiero aprender de ellos y que me cuenten de su país”.

Por su parte, Gabriela Asteavendaño, asesora pedagógica de la institución consideró que “es un gran defio como educadores” tener estudiantes de Rusia. “Con el departamento de ELSI trabajamos en cómo adaptar la currícula y evaluarlos. Ellos traen un bagaje cultural gigante, así que nosotros tenemos que tratar de channel todo esto para que puedan escuchar mejor el proceso escolar”, manifestó.

“También tenemos un profesor de ruso en la escuela, que es del nivel terciario, y nos ayuda en este camino. Le da dos clases por semana a estos estudiantes y también a sus familias. El personal docente se prepara muy bien”, agregó al terminar.

en primera persona

Zoya «se levantó en el seis de la mañana muy emocionada» y arrancó en el camino de «La Escuela del Árbol» en su monopatín amarillo. “Acabamos de dejarla en su primera clase de jardín. Ambos estábamos emocionados y un poco asustados de antemano. Cuando entramos, había maestros que saludaban y abrazaban a todos, y eso nos hizo sentir bienvenidos al instante. La tomó de la mano y ella fue feliz a la clase”, confiesa.

Polina quedó emocionada por la cálida bienvenida de los profesores del jardín. “Fueron tan amables. Luego se acercó la directora y nos preguntó si nos acomodamos bien”, recordó.

“Nunca habíamos experimentado algo así en nuestra Rusia. Fue realmente maravilloso”sintetizo.

PD

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