Jue. Abr 25th, 2024

Un verdadero espectáculo para los amantes de los coches clásicos el puso color y ribetes históricos tiene un final de semana otoñal con mucho sol y agradable temperatura. Unos 70 automóviles de más de 100 años y con choferes vestidos con trajes antiguos, participaron del Gran Premio Recoleta – Tigre.

La carrera fue organizada por el Club de Automóviles Clásicos de la República Argentina, desde el barrio porteño hasta el municipio ubicado en el norte del Gran Buenos Aires.

Este domingo la carrera partó de la avenida Quintana entre Ayacucho y el histórico bar La Biela, donde los participantes desayunaron antes de la largada, que fue saludada con pañuelos por el público que paseaba por la Recoleta.

Jorge Reta, desde su entidad, contó a Clarín contó que el Gran Premio se corrió por primera vez en 1906. Fue la primera carrera que se hizo una ruta abierta en América Latina. «Nosotros lo que hacemos es un recuerdo de esa carrera. Y todos los autos que participaron este año, unos 72, tenian que ser de 1919 para atras. El auto que larga primero fue manejado por Jorge Alejandro Newbery».

También participarán los únicos retrovisor automático de vapor que heno en el mundo. Jorge narró que los autos fueron comprados a principios del siglo XX. «Este hecho refleja lo que la Argentina supo ser hasta 1930».




El primer auto que largo fue manejado por Jorge Alejandro Newbery.

En el espacio en donde se agrupaban los vehículos, las personas encontraron en la zona norte porteña se acercaban con curiosidad y mucho interés a los autos antiguos, donde pedían fotos y videos con los autos.

Roberto Suárez es dueño de un 1915 dodge negroque se prestó atención al ruido de bocina colocada en la parte izquierda del vehículo, e integración de un conjunto de autos antiguos de Río Negro.

Suárez, quien se encontró con su hijo, reconoció que su pasión por los autos se lo debe a su padre, quien trabajó mucho tiempo como mecánico.

«Este auto es el fruto de mucho tiempo de trabajo y esfuerzo, porque le dediqué muchas horas, días y meses de mi vida. Es parte de mi familia», dijo emocionado el conductor que portaba una gran pipa.

Los vehículos recorrieron desde recoleta hasta tigre.


Los vehículos recorrieron desde recoleta hasta tigre.

Con el numero 5 en el frente y una bandera de Entre Rios flameando en la parte trasera, Omar, condujo un Chevrolet Roadster 1927, cuyos bordes en color dorado, brillaban en la mañana, en donde el humo de los caños de escape ambientaban la escena recoletiana.

Mientras tomaba un café y revisaba los detalles del vehículo, Omar, que tenía una gorra de cuero, similar al estilo representado por Pierre Nodoyuna del dibujo animado los Autos Locos, comentó: «Me gusta participar de estos encuentros porque está bueno conocer a otros colegas que tengan la misma pasión por los fierros igual que yo».

Sobre este tema, indicó: «Siempre tuve el sueño de tener un auto de este estilo y en 2014, gracias a unos conocidos que lo encontré, tuve la posibilidad de tener mi vehículo de este tipo».

Participa en los dos únicos autos a vapor del mundo.


Participa en los dos únicos autos a vapor del mundo.

En el encuentro también participó y exhibió motocicletas antiguas de principios del siglo XX, con diversos estilos y cuidados, que atraían la vista del espectador.

Marcelo Márquez, motociclista y coleccionista de motos, era dueño de una Verde 1925 Harley Davidsoncuyo ruido generado por su motor se llevó todas las miradas.

«Este es un legado familiar, lo tuvo mi abuelo, luego padre y luego me lo dejó a mi. Lo cuido más que mi vida», reconoció el motociclista de 55 años, oriundo de San Fernando.

Con el número 1 en una calcomanía, un automóvil Anasagasti de 1912, uno de los primeros autos de fabrication nacional, propiedad del Club de Automóviles Clásicos, se destacaba con palancas de cambio de color dorado, una gran bocina de color negro, el techo recubierto por una tela blanca y asientos de cuero originales.

«Este auto es uno de los primeros de fabricación nacional y cuyo motor, a pesar del paso del tiempo se mantiene como original», contó Manuel, uno de los restauradores del vehículo, mientras trataba de hacer arrancar el rodado de manera manual.