“[…] la sostenibilidad de nuestra ciudad no es competencia exclusiva del Ayuntamiento; […]. Sin embargo, aunque todos tenemos la palabra, la responsabilidad principal, inevitable e intransferible recae en el alcalde y su equipo “.
Luego de 18 meses de lucha contra el COVID-19, es hora de que los panameños aborden algunos de los temas que tenemos pendientes para lograr una vida feliz en una ciudad inclusiva, resiliente, saludable y sostenible.
Teniendo en cuenta que el control de la epidemia sigue siendo un tema pendiente que requiere nuestro compromiso con las medidas de salud pública que conocemos, especialmente ahora, la aceptación de la vacuna hasta alcanzar el porcentaje de cobertura que requiere la inmunidad colectiva necesaria para controlar el virus. ; Empiezo recordando a nuestro alcalde que nosotros, los ciudadanos de la capital, queremos llevar una vida urbana próspera y justa. Queremos vivir en una ciudad bien gestionada. Queremos tener un alcalde que se encargue de ofrecernos oportunidades culturales, sociales y económicas. Que busque las alianzas necesarias para que nuestra ciudad sea sana, dinámica e igualitaria. En definitiva, desarrollar una gestión inclusiva que no deje a nadie atrás.
Sin embargo, me pregunto si las autoridades de nuestra ciudad y los habitantes de la capital están actuando de manera responsable y colectiva para hacer de nuestra ciudad inclusiva, segura, resiliente, sostenible, saludable y no solo una metrópolis de carreteras y rascacielos que esconde un gran deterioro del medio ambiente y la salud. tanto en las zonas centrales de la ciudad como en las zonas periféricas y marginales.
En mi opinión, ¡no estamos haciendo esto! Es cierto que la pandemia ha suspendido varias iniciativas, pero es hora de avanzar en la superación de los principales retos, todos conocidos, pero aún presentes y pendientes, que todos juntos – alcalde, empresas constructoras, empresarios de todo tipo y ciudadanos. – Dejemos de defendernos a nosotros mismos ya los demás para quejarnos y unamos fuerzas para resolverlos.
Lo primero que todos coinciden en señalar es la ausencia de planificación urbanística. Los habitantes de la capital sufren una explosión desordenada de edificios desproporcionadamente grandes para los barrios donde se ubican, afectando nuestra movilidad, el aire que respiramos, provocando congestión, inundaciones y generando estrés y accidentes. Todo con el consentimiento de nuestras autoridades.
Pero incluso en medio de este anárquico crecimiento urbano, la ciudadanía necesita la creación, mantenimiento y acceso a parques y espacios saludables, así como a centros comerciales, donde “exhibimos”, practicamos un consumismo desenfrenado, vemos una mala película, aquí mismo. ellos solo nos muestran películas de monstruos imposibles, superhéroes o marionetas. Y para colmo, comemos comida chatarra que nos ayuda a enfermarnos aún más.
No faltará la gente que dirá que los parques están ahí, pero si llegas a un parque tienes que salir de la oficina o de la casa, dispuesto a pasar una hora en la “barrera”, estresándote, enfermando y sufriendo todo. tipos de abuso e insultos para parte de la mayoría de los conductores. ¿Cuándo fue la última vez que paseamos por el Parque Omar o la Calzada de Amador? ¿Hay otros parques cerca de nuestras casas? ¿Cuánto tiempo se tarda en llegar al trabajo todos los días? ¿Caminamos, andamos en bicicleta, conducimos, en el sistema de transporte ineficiente que sufrimos? La mayoría de los que vivimos en la ciudad de Panamá, con la excepción de algunos municipios privilegiados, es probable que proporcionemos respuestas aterradoras a estas preguntas.
Por otro lado, el tema de la inseguridad ya no es la “percepción” señalada por las autoridades, convirtiéndose en un importante motivo de preocupación y ansiedad para la mayoría de los ciudadanos que se sienten muy inseguros y ya han decidido no salir de noche. Mantenemos altos números de violencia general y doméstica y principalmente contra las mujeres, el número de pandillas es alto y los secuestros y ataques a empresas no son infrecuentes, en algunos casos asociados a homicidios. Esta situación es reconocida por gobiernos extranjeros y, al menos uno, ya desanima a sus ciudadanos de visitar Panamá.
Finalmente, la ciudad de Panamá permanece inundada de basura. Esto se acumula en los barrios porque la ciudadanía no se da cuenta, tiramos todo y también sufrimos de un servicio de facturación deficiente. Las playas y manglares de la Bahía de Panamá se han convertido en vertederos de basura, como botellas de plástico e incluso restos de electrodomésticos y colchones. Las acumulaciones de todo tipo de basura en nuestras calles, especialmente las de los barrios pobres, que se agravan con la llegada de las lluvias, hacen que las inundaciones sean frecuentes por la acumulación de residuos en los cauces de arroyos y arroyos.
En este contexto, la sostenibilidad de nuestra ciudad no es competencia exclusiva del Ayuntamiento; Asimismo, se requiere la plena participación de la sociedad civil: ciudadanos, académicos y empresas privadas. Sin embargo, aunque todos tenemos la palabra, la responsabilidad principal, inevitable e intransferible recae en el alcalde y su equipo. Las fuerzas de desafío a integrar la salud colectiva y el bienestar en todas las políticas, a partir de la planificación urbana, el aumento de la participación pública, el establecimiento de objetivos locales apropiados, evaluar periódicamente los avances, y la ampliación de la investigación y la educación en las ciudades saludables y sostenibles.
Médico, exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud (OMS).