La hija de la presa política Tamara Dávila “vino a preguntar si su madre está muerta”, denunció el hermano de Dávila durante una audiencia en la Corte Interamericana.
La angustia de cinco familiares de presos políticos nicaragüenses por no saber nada de ellos, luego de casi tres meses de detención, se evidenció este viernes en una audiencia en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Tribunal I / A HR), cuando exigió que el gobierno de Daniel Ortega les diera una “prueba de vida”.
Familiares de Tamara Dávila, Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, José Adán Aguerri y Violeta Granera denunciaron la violencia con la que fueron detenidos, la ilegalidad de las acusaciones y violaciones de sus derechos por no permitir que sus abogados los vieran.
Estado de Nicaragua no asistió a la audiencia
La Corte Interamericana convocó a esta audiencia pública para dar seguimiento a las medidas provisionales de liberación inmediata que había adoptado a favor de los cinco detenidos.
El Estado de Nicaragua fue llamado a comparecer, pero no asistió. “Una vez más, lamentamos la ausencia del Estado de Nicaragua porque la gravedad de la situación nos hubiera permitido escucharlos”, lamentó Elizabeth Odio, presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Vilma Núñez, representante del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), explicó que, a pesar de la solicitud de liberación inmediata de la Corte, los cinco detenidos “siguen desaparecidos”.
“La ausencia del Estado en esta audiencia reafirma su incumplimiento de estas medidas y su obligación de informar a la Corte sobre el paradero y situación de los beneficiarios, así como de aportar pruebas que sustenten sus inexactitudes”, enfatizó.
Núñez recordó que en Nicaragua los jueces actúan sin independencia alguna, aplicando leyes discrecionales que contienen términos ambiguos.
Asimismo, subrayó que “el contexto de represión que motivó el otorgamiento de estas medidas está presente y se agrava día a día”. Al respecto, dijo que hay más de 140 presos políticos en las cárceles de Ortega y que en los últimos tres meses 34 personas han sido detenidas arbitrariamente.
Asunto Juan Sebastián Chamorro y otros respecto de Nicaragua. https://t.co/ZDvNLqs4C1
– Corte Interamericana de Derechos Humanos (@CorteIDH) 27 de agosto de 2021
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“Solicitamos prueba de vida”
La periodista Bertha Valle explicó que hasta su detención, su esposo Félix Maradiaga había sido constantemente agredido y vigilado por la Policía Nacional. Indicó que su captura se produjo el 8 de junio, luego de una entrevista con el Ministerio Público. Cuando se lo llevaron, la policía lo golpeó y desde entonces no se ha sabido absolutamente nada de él.
“Pedimos prueba de vida porque lleva 80 días desaparecido e incomunicado”, dijo Valle sin poder contener las lágrimas.
La periodista explicó que su pequeña hija tiene problemas de ansiedad y que el gobierno de Ortega le ha notificado que está siendo investigada por “traición”.
Preocupación por la salud de José Adán Aguerri
No menos dramática fue la situación narrada por Carolina Jackson, hija de José Adán Aguerri. Dijo que el 8 de junio, cuando arrestaron a su padre, policías entraron a su casa armados y saqueados. Recordó que su padre fue víctima de agresiones por parte de periodistas oficiales y sufrió constantes hostigamientos y persecuciones.
Aguerri, que sufre de reflujo y gastritis, también se preocupó por su salud.
Hija de Tamara Dávila pregunta si murió su madre
El caso de la feminista Tamara Dávila también reveló la violencia de los operativos policiales para detener a opositores. Javier Hidalgo, su hermano, narró que la noche del 12 de junio llegaron a la casa unos 60 policías con armas de guerra. Tamara estaba con su hija de cinco años. Al ver lo que sucedía, la opositora se dispuso a irse, sin ofrecer resistencia alguna para proteger la seguridad de su hija, pero la policía pateó la puerta de la casa.
“Esa fue la última vez que la vimos”, dijo Hidalgo.
Los efectos sobre la hija de Tamara se manifestaron en miedo, ansiedad y tristeza, preguntando repetidamente “dónde está tu madre”. “Incluso vino a preguntar si su madre estaba muerta”, dijo Hidalgo.
“Ni su abogado ni nadie más de su familia ha podido verla en 76 días”, dijo, y señaló que los otros familiares detenidos son Ana Margarita Vijil y Dora María Téllez.
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Violeta Granera propiedad de hombres de civil
Otro de los que no pudo contener al choro fue Julio Sandino, hijo de Violeta Granera, integrante de la opositora Unidad Nacional Azul e Branca (UNAB). Sandino recordó que el 8 de junio, la casa de su madre fue registrada ilegalmente por policías, quienes la llevaron a una camioneta, la golpearon y le tiraron del cabello, pero no la detuvieron. Tres días después, policías y hombres vestidos de civil llegaron por la noche y se la llevaron en un vehículo no identificado.
Sandino dice que hay preocupación por la salud de su madre, una mujer que está por cumplir 70 años. “No sabemos absolutamente nada”, dijo.
También incriminan a la esposa de Juan Sebastián Chamorro
Victoria Cárdenas, por su parte, dijo que el 8 de junio la policía invadió su casa y detuvo a su esposo Juan Sebastián Chamorro. Recordó que fueron más de 40 policías que lo detuvieron con el lujo de la violencia y se llevaron “lo que querían” de la casa.
Después del arresto, ella y su hija tuvieron que huir de Nicaragua. Cárdenas denunció que el gobierno de Ortega la había acusado de “traición a la patria” y que su familia había confiscado siete propiedades por motivos políticos.
Crímenes contra la humanidad
Antonia Urrejola, presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Relatora para Nicaragua, dijo que ha estado siguiendo de cerca la crisis en Nicaragua y recordó que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) lo ha confirmado en el país en Los crímenes de lesa humanidad ocurrieron en 2018.
Urrejola destacó la arbitrariedad de estas detenciones y que el Estado no denunció la situación concreta de los detenidos ni su paradero. Al respecto, dijo que se encuentran en un lugar desconocido y aislado, y sin las mínimas garantías judiciales.
En Nicaragua hay una legislación penal “extraña”, dice un juez
Claudia Paz y Paz, quien formó parte del GIEI, explicó que la desaparición es una violación a la integridad física en casos de aislamiento prolongado. Al respecto, afirmó que “las declaraciones del Estado no son suficientes, es necesaria una prueba objetiva de que no existe riesgo para la vida e integridad física de los detenidos”.
El juez Eufenio Raúl Zaffaroni dijo que en Nicaragua existe una “extraña legislación penal” y preguntó
tener acceso a esta legislación y textos legales, los cuales serán proporcionados por la CIDH.
Durante la audiencia, Bertha Valle dijo que hay familiares de los detenidos que se encuentran en el exilio, pero también muchos que no quieren hablar por temor a represalias del gobierno.