SAN JUAN / AP
El gobernador de Puerto Rico anunció el lunes nuevas restricciones para combatir el aumento de las infecciones por COVID-19, incluido el cierre de algunos negocios privados y la prohibición de la venta de alcohol después de la medianoche.
Las actividades sociales como conciertos, bodas, fiestas de cumpleaños y fechas conmemorativas también estarán prohibidas durante estos horarios y se requiere que la población use una máscara en los espacios al aire libre donde haya al menos 50 personas. Además, se suspenderán todas las cirugías electivas que requieran el uso de unidades de cuidados intensivos.
Las medidas entrarán en vigor del 2 al 23 de septiembre y afectarán a comercios como restaurantes y cines.
El gobernador Pedro Pierluisi señaló que no había alternativa al reciente aumento de infecciones y muertes, principalmente por la variante delta.
El anuncio llega el mismo día en que se requiere que la población de Estados Unidos presente prueba de vacunación para ingresar a gimnasios, casinos, salones de belleza y otros lugares. A su vez, todos los empleados del supermercado deberán acreditar a partir del lunes que han sido vacunados.
La isla de 3,3 millones de habitantes tiene una tasa de positividad del 10%, frente al 1,4% registrado a finales de junio, cifra que Pierluisi calificó de inaceptable.
A principios de este mes, Pierluisi anunció que requeriría vacunas contra el coronavirus para empleados gubernamentales, contratistas gubernamentales, huéspedes y empleados de hoteles, empleados de restaurantes u otros espacios cerrados que sirvan alimentos o bebidas. El lunes, dijo que continuará presionando para que las personas se vacunen.
Destacó que la vacunación es un acto de responsabilidad del ciudadano.
Puerto Rico ha reportado más de 141,500 casos confirmados de COVID-19 y más de 2,800 muertes. Más de dos millones de personas están completamente vacunadas.
Pierluisi indicó que alrededor del 70% de los que están hospitalizados y alrededor del 90% de los que murieron no fueron vacunados.