Jue. May 9th, 2024

Tenia 89 años. De su mente brillante salieron todo tipo de objetos que fueron aliados de los hogares.

El primer diseñador industrial Hugo Kogan, reconocido por haber creado objetos para el hogar como el icónico Magiclick, murió a los 89 años. Su influencia en el diseñador se extendió al plano internacional con la creación de décadas de objetos de todo tipo para el hogar.

Nacido el 12 de junio de 1934 en Buenos Aires, a lo largo de más de 50 años de trayectoria creó pequeños y grandes electrodomésticos, equipos de electrónica, máquinas textiles industriales y familiares, entre otros objetos.

A lo largo de su vida, recibió tres veces el Diploma al Mérito de los Premios Konex como uno de los mejores diseñadores industriales de la década en cada ocasión.

«Con tristeza despedimos al diseñador Hugo Kogan (1934-2023), quien dedicó su vida a jerarquizar la industria nacional: diseño televisores, radios, linternas, equipamiento médico y hasta inventó el icónico Magiclick, alias de los hogares y emblema de nuestro patrimonio afectivo «, lo despidio el Museo Malba.

El Fondo Nacional de las Artes trata también del eco de la noticia: «Despedimos con profundo pesar a Hugo Kogan, referente muy destacado y muy querido del Diseño argentino y Premio Trayectoria FNA 2018».

Siempre le gustó la escultura y el dibujo, y por un hecho fortuito, la quiebra de la fábrica de juguetes de madera de su padre, cambió el arte por la arquitectura.

Cursó dos años y luego se hizo técnico mecánico. De allí provienen sus conocimientos sobre materiales y procesos y tecnologías.




Conformó los departamentos de diseño de empresas como Philips Argentina, Tonomac y Aurora.

Según comida de Clarín en una nota en ocasión de vivir sido premiado por l’Academia Nacional de Bellas Artes, ya en 1955 trabajaba en la farmacia de diseñador de Philips. De ahí pasó a Tonomac y de ahí a Aurora Grundig, para la que el celebre Magiclick en 1963. Según un estudio de mercado, el primer mes se iban a vender cinco mil unidades, pero el boom fue tal que recibió pedidos por 80 mil .

En una entrevista de 2008, Kogan confió que una de las grandes alegrías de su vida fue enterarse de que lo que hacía tenía un número. Y todavía le pasa, no sabe por dónde empezar cada vez que trata de explicarle a alguien de que va lo suyo: «Necesitaría seis o siete horas», se ríe.

El éxito fue tan grande que la empresa llegó a abrir plantas en Brasil y en España. Si bien en la historia que contó hace años en un reportaje dice que se arrepiente de no habitar un contrato de regalias, reconozca que fue el dueño de Aurora el que llegó de Japón «con un artefacto inédito para nosotros, el piezoeléctrico, una pieza que si uno presionaba en extremo disparaba una chispa. Jugando con él, pareció l’idée de hacerlo como un artefacto manual , de uso popular Lo diseñé, se desarrollará.