Desde antes de 2001, Afganistán ha causado problemas económicos. Según el periódico AS, hay poca inversión extranjera y una economía sumergida que va desde la minería hasta la producción y distribución de opio.
Desde antes de 2001, Afganistán ha causado problemas económicos. Según el periódico AS, hay poca inversión extranjera y una economía sumergida que va desde la minería hasta la producción y distribución de opio. Los datos económicos mejoraron con la intervención militar estadounidense y la entrada de ayuda internacional. Pero ahora, con el ascenso de los talibanes al poder, todos los avances son vacilantes.
El país asiático es un país que tiene muchos recursos naturales. Bajo tierra, hay abundantes masas de materiales como cobre, cobalto, carbón, hierro y litio. Además, también cuenta con campos de gas y petróleo.
En su territorio, hay un mineral particular que se destaca del resto: el litio, uno de los elementos más codiciados en la actualidad, ya que es necesario para la producción de baterías para teléfonos y vehículos eléctricos, entre otros dispositivos eléctricos.
Según BBC News, en 2010 un general estadounidense declaró en el New York Times que Afganistán tenía un potencial minero de alto calibre y que el Departamento de Defensa de EE. UU. Señaló en un informe que el país podría convertirse en la «Arabia Saudita del litio». Sin embargo, el país no está explotando el potencial de esta industria minera. E incluso hoy, tampoco lo son los inversores extranjeros.